El presidente Pedro Castillo abandonó Perú Libre, el partido al que se afilió en 2020 y un año después lo llevó a la presidencia. La "renuncia irrevocable" a esa formación de izquierdas no es más que un capítulo de su accidentada gestión. El maestro rural dijo que se despide del partido debido a su "responsabilidad como presidente de 33 millones de peruanos". Ese deseo de velar por toda la sociedad no se compadece con la realidad. Al pasar a la oposición, Perú Libre profundiza la debilidad de un Castillo que otra vez se encuentra al borde del precipicio político. Mientras comunicaba su decisión partidaria, en el Congreso, otra vez, comenzó a diseñarse un plan para sacarlo del poder.